martes, 26 de abril de 2016

Paseo hacia la muerte.

Noticia ficticia realizada sobre la lectura de Frankenstein.

(Imagen del bosque próximo a Ginebra)

Un niño fue asesinado la pasada noche en un bosque por la sirvienta de toda la vida de la familia. El niño llamado William Frankenstein fue hallado estrangulado en mitad de un bosque próximo a las afueras de Ginebra. En ese bosque se encontraba la familia dando un paseo cuando el niño se separó y sucedió el terrible asesinato. Se cree que fue la sirvienta de la familia Justine la cual ha trabajado durante varios años para ellos, puesto que encontraron en uno de sus bolsillos un collar que llevaba William ese mismo día que le había prestado su prima.
( William Frankenstein)

 El collar afortunadamente fue recuperado por las autoridades y entregado de nuevo a la familia.Este colgante, tiene gran valor sentimental ya que se lo regaló su difunta madre a la prima de William.

(El collar robado)

Después de este acontecimiento varios vecinos desde el anonimato  han testificado para esta editorial que la sirvienta era muy problemática, les había amenazado en varias ocasiones pidiéndoles dinero y que solía organizar grandes escándalos en la urbanización.

El juicio se llevará a cabo el próximo  10 de abril de 1820. La familia destrozada por esta pérdida pide la ejecución de la mujer excepto dos familiares del chico, Elizabeth y Víctor Frankenstein, quienes apuestan por la inocencia de la sirvienta y declararan a su favor.


martes, 8 de marzo de 2016

Fausto de Goethe

Fausto era un anciano que lo sabia todo, menos el misterio de la vida, se hizo mago, mas todo fue en vano. Sin haber tenido mujer e hijos ni haber disfrutado de los placeres del mundo, desconsolado no esperaba sino la muerte.

Cuando iba a beber un brebaje mortal escucha absorto el jubiloso toque pascual de las campanas. Arroja la copa de veneno y sale a la calle con su discípulo Wagner. Un perro les sigue, el cual entra también a la habitación de fausto cuando este retorna. El perro se hincha desmesuradamente, arde y de las llamas surge un caballero.

          Era Mefistófeles, el diablo.
Le promete a fausto hacerle gozar de la vida plenamente, con la condición de que este le entregue su alma. El doctor acepta, firma el pacto.
En el antro de una bruja, bebe fausto un filtro y se transforma en un joven arrogante y habido de vivir el placer.

Con la ayuda de Mefistófeles seduce y se burla de margarita, una hermosa niña.
En un lance fausto da muerte a Valentín, un arrogante soldado, hermano de margarita, quien esta inculpada de dar muerte a su propia madre y a su hijito. Las aventuras de fausto no le causan a este sino sinsabores.
Mefistófeles conduce a fausto al palacio del rey. El reino atraviesa una grave crisis económica. Pero Mefistófeles la salva. En seguida, desciende con fausta hasta las mismas entrañas de la tierra.

Evocanse a Helena y Paris. Fausto cree encontrar la felicidad máxima con la hermosa Helena. Euforion, el hijo de ambos muere a consecuencia de una caída. Helena se desvanece entre tinieblas.
De vuelta al reino le presta eficaz ayuda el diablo y el doctor, al soberano, en una guerra. El rey le concede a fausto una provincia. Excitase desaforadamente su ambición.

Conviertese en un amo muy rico y poderoso. Más no se siente feliz. Ciego y anciano maldice de su suerte. Pronuncia la frase secreta del pacto. Acude Mefistófeles, pero no puede llevarse su alma. Por haberse mantenido esta pura, a pesar de todo lo ocurrido, se apoderan de ella los espíritus celestes.

miércoles, 17 de febrero de 2016

El buen salvaje

La Ilustración formuló una idea de la naturaleza humana que fue enriquecida por Rousseau con la mirada abierta a todas las diferencias entre los humanos. Desde ahí postulaba una relación de algún modo estética con los demás, por la vía del sentimiento y la piedad. Este giro queda simbolizado en la figura del "buen salvaje". Ahí se encuentra el nacimiento de la teoría antropológica.

El “buen salvaje” vagaba por la naturaleza, carente de domicilio y en paz con sus semejantes hasta que las terribles desigualdades que hubo de afrontar como consecuencia de la vida en sociedad, “del dominio del hombre por el hombre”, despertaron en él su notable perversidad.

La influencia de este mito en la cultura intelectual moderna es difícil de estimar y se refleja en creencias erróneas como aquella de que “el hombre no tiene naturaleza, solo historia” o  en afirmaciones como “la guerra no es un instinto, sino un invento”, carentes por completo de respaldo empírico y en contradicción con el registro histórico, la evidencia paleontológica y con la información que hoy se tiene sobre las pocas sociedades de cazadores recolectores que aun subsisten en el Planeta.

La leyenda que habla de paraísos habitados por nobles salvajes que desconocen la violencia y conviven pacíficamente sin jerarquías sociales, como los samoanos de Margaret Mead o los Kung San de Elizabeth Marshall, ha sido desmentida una y otra vez por un buen número de antropólogos. En un extenso estudio, la antropóloga Carol Ember ha demostrado que más del 90% de las sociedades de cazadores recolectores conocidas se han visto comprometidas en incesantes ciclos de guerras y retaliaciones donde la violación y la tortura son prácticas sistemáticas. El extraordinario nivel de violencia puede apreciarse en los altos índices de mortalidad masculina a causa de conflictos tribales y disputas internas, índices que harían ver a las ciudades colombianas más violentas como idílicos paraísos de paz. Entre los Jíbaros de Ecuador, por ejemplo, el porcentaje de muertes entre hombres llega al 60%; entre los Yanomami de la amazonia alcanza el 40%, y entre los Mae Enga de Nueva Guinea el 39%.

Durante la Edad Media, en Europa, el porcentaje de muertes violentas se ha estimado en cien habitantes por cada cien mil personas —por año—, y contrasta el hecho de que durante el siglo XX los conflictos bélicos fueran responsables de una mortandad no superior al 10% de la población, contando ambas guerras mundiales e incluyendo los genocidios perpetrados por Hitler y Stalin. Si las dos grandes guerras hubiesen presentado tasas de mortalidad comparables al porcentaje de violencia tribal entre los Jíbaros, el número total de muertos hubiese rondado los dos mil millones, en lugar de los cien millones que algunos han calculado.

Estas cifras respaldarían la hipótesis de que, contrario a lo que se ha sostenido, la curva de violencia ha venido en constante declive desde finales de la Edad Media y presenta su punto de inflexión a comienzos de la Ilustración.  La “era de la razón” coincidiría con una disminución significativa de los niveles de violencia, como ha argumentado el sicólogo de Harvard Steven Pinker. Solo podemos conjeturar cómo pudo haber sido la vida del hombre primitivo y hacer unas pocas inferencias apoyándonos en estudios etnológicos de algunas sociedades que conservan un modo de vida probablemente similar al del hombre del paleolítico.  Lo que se ha documentado es bien distinto de las fantasías literarias de quienes insisten en alegar, contra toda evidencia, que el comportamiento agresivo es aprendido y no hace parte esencial de la condición humana.

La historia de la humanidad es una crónica interminable de guerras brutales, sadismo y exterminio. Hay señales de violencia que cuentan con medio millón de años de antigüedad en cuevas de Sudáfrica y Zhoukoudian. La mutilación y la tortura han sido prácticas rutinarias y formas habituales de castigo desde épocas bíblicas. Infracciones menores como robar un trozo de pan eran sancionadas cortando las manos o cercenando las orejas. Criticar al rey podía hacer que al ofensor se le castigara cortándole la lengua, o con la pena de muerte, para la que se reservaban los actos de sadismo más atroces imaginables.

Los espectáculos crueles han sido formas de entretenimiento a lo largo de toda la historia. Diversiones como “la quema del gato”, en el que un gato era izado en un cabestrillo y se le prendía fuego mientras los espectadores reían histéricos viendo como el pobre animal maullaba de dolor hasta morir, eran parte de la rutina diaria. Por fortuna muy pocas de estas tradiciones bárbaras perduran, y solo una minoría cada vez más pequeña disfruta del sanguinario espectáculo taurino, o de las peleas de gallos, y es razonable esperar que el lento progreso moral de la humanidad más temprano que tarde terminará por erradicarlas para siempre.

Es una verdad incontestable que el hombre es por mucho el animal más violento y cruel. Su inteligencia lo habilita para matar con alevosía y vengarse con insidia. Que la maldad sea la hija natural de la inteligencia, y la violencia el resultado inevitable de las dinámicas evolutivas de los organismos sociales, es quizá la mayor ironía de la naturaleza.

Conflicto político por intolerancia

La Guerra de Siria.

Desde que estalló la violencia en Siria en marzo de 2011, la guerra ha ido escalando hasta convertirse en un complejo "todos contra todos" de gobierno, rebeldes, islamistas y potencias extranjeras que no hace sino complicarse con la aparición de la aviación rusa.
Y  con el ataque en París que dejó al menos 130 personas muertas, el conflicto en el país árabe ha captado la atención de la opinión pública desde que el presidente de Francia, Francois Hollande, afirmó que en Siria se habían planeado los atentados contra su país.

Pero no es un conflicto fácil de desentrañar. Empezando por sus impresionantes cifras.
Más de 200.000 personas han muerto y, siempre según cálculos de la ONU, hay hasta 4 millones de desplazados: miles de ellos, los protagonistas de la reciente crisis de los refugiados en Europa.
Las tropas de Bashar al Asad luchan contra unos mil grupos rebeldes que se calcula cuentan con 100.000 combatientes. Algunos, de claro corte islamista y con vínculos con Al Qaeda.
En escena, desde principios de 2014, entró el autodenominado Estado Islámico, enfrentado tanto al gobierno como a los rebeldes, sean yihadistas y moderados.


Luego están Estados Unidos y sus aliados occidentales -incluido Francia-, y además, más o menos implicados: Irán, Turquía y varios países del Golfo Pérsico.
Y ahora Rusia, que esta semana comenzó una campaña de bombardeos, según el Kremlin, contra posiciones de Estado Islámico.
BBC Mundo le explica quién es quién y de qué lado están cada uno de los actores internacionales.
Lea también: Como Putin tomó por sorpresa a EE.UU. en Rusia
Estados Unidos
Se opone a: Bashar al Asad y Estado Islámico.
Apoya a: grupos rebeldes considerados moderados y a los kurdos.
En septiembre de 2014, el presidente Barack Obama dio un discurso en el que anunció su intención de "degradar y en última instancia destruir" a EI.

Así empezó una campaña aérea en Irak y Siria en la que contó con el apoyo de Canadá, Francia, Reino Unido y varios países árabes.
En una reciente cumbre sobre terrorismo celebrada en EE.UU., Obama insistió en que para poder derrotar a EI es imprescindible la salida de Al Asad.
Para Obama, es necesario "un nuevo líder y un gobierno inclusivo que una al pueblo sirio en la lucha contra grupos terroristas".
Rusia
Se opone a: Estado Islámico y otros rebeldes.
Apoya a: Al Asad.
El Kremlin ha sido un consistente aliado del régimen de Al Asad, desde antes de que empezara el conflicto.
Además de ser un importante comprador de sus armas, en Siria, Rusia tiene la base naval de Tartus, que aunque no es grande, es su única instalación en el mar Mediterráneo.

La mediación rusa fue fundamental en la resolución de la crisis de las armas químicas a finales de 2013.
Entonces, EE.UU. y Francia estaban discutiendo la posibilidad de iniciar una campaña de ataques con misiles contra objetivos del gobierno sirio, algo que frenó la mediación de Putin.
Esta semana, la aviación rusa inició una serie de ataques en territorio sirio que tomaron por sorpresa a las potencias que ya intervienen en el terreno.
El supuesto alto número de rusos que se han unido a las filas de EI y el temor a las consecuencias de tenerlos de vuelta a su país para realizar ataques parece uno de los detonantes de la mayor implicación rusa.
Y aunque los rusos insisten en que sus ataques van dirigidos contra "los mismos terroristas" que EE.UU., otros gobiernos dudan y sospechan que están atacando también a los rebeldes levantados contra Al Asad.
Según la Casa Blanca, los ataques rusos son "indiscriminados" y afectan de forma aleatoria a todos los que se oponen al gobierno.

Irán
Se opone a: Estado Islámico y los insurgentes sunitas.
Apoya a: gobierno de Al Asad.
Irán, una de las potencias de la región, es también un histórico aliado del gobierno de Al Asad, al que además de suplir armas, ha proveído apoyo militar y financiero.
Para Irán, la supervivencia de Al Asad es clave para poner freno a la influencia de su gran rival en la región, Arabia Saudita.
Pero la potencia chiita comparte con Estados Unidos y Rusia un enemigo: EI, milicia sunita que ve a los persas como herejes que deben morir.

Arabia Saudita
Se opone a: Al Asad.
Apoya: rebeldes sunitas.
Arabia Saudita, potencia sunita y gran rival de Irán, ha sido parte desde el inicio de la coalición liderada por Estados Unidos para atacar a Estado Islámico.
En la reciente cumbre celebrada en Nueva York, el gobierno saudita reiteró la necesidad de sacar del poder a Al Asad.
El ministro de Relaciones Exteriores saudita, Adel al Jubeir, dijo que considera vigente la posibilidad de una intervención militar para sacar a Al Asad del poder.
Al Jubeir advirtió que, de no alcanzarse dicho acuerdo, se dispone a incrementar los envíos de armas y su apoyo a los rebeldes.

Arabia Saudita es sin duda uno de los proveedores clave de los rebeldes, entre ellos grupos de línea dura.
Eso sí, Riad ha rechazado la acusación iraní de estar apoyando directamente a EI y han expresado su preocupación de que los yihadistas sirvan de inspiración para movimientos que traten de acabar con el régimen.
Sin embargo, multimillonarios de ese país han enviado donaciones al grupo yihadista y se calcula que unos 2.500 hombres sauditas se han incorporado a las filas de Estado Islámico.
A la coalición impulsada por EE.UU., también se incorporaron Bahréin, Jordania, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, en línea muy similar a la saudita.
Turquía
Apoya: coalición impulsada por EE.UU. y rebeldes.
Se opone a: gobierno de Al Asad y separatistas kurdos.
Turquía, de mayoría sunita, es otra de las grandes potencias de la región. Su implicación en el conflicto de su vecino empezó con su apoyo para el Ejército Libre Sirio, el principal de los movimientos rebeldes.
El país ha acogido muchos de los más prominentes activistas de oposición. Recientemente, comenzó una campaña de ataques aéreos contra posiciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán.
Los ataques turcos, que habían sido anunciados contra Estado Islámico, pronto se vio que afectaban también a los combatientes kurdos, igualmente enemigos de los yihadistas.

Esta situación desgraciadamente ha provocado que miles de personas hayan huido, y ahora estén refugiandose en Europa, ya que en su país no se sienten seguros. 



Don Juan, el mito.

La figura del Don Juan, creada por Tirso de Molina en El burlador de Sevilla y recreada por José Zorrilla en el siglo XIX en su Don Juan Tenorio ha sido una de las aportaciones más productivas de la literatura española a la cultura europea.
El Don Juan, el burlador, debía de existir ya en el imaginario popular antes de cobrar cuerpo literario y su pervivencia como mito se debe en realidad a un talante moralizador y profundamente católico que pretende mantener dentro del orden establecido la vida y el pensamiento del pueblo. Lo que representa Don Juan es la ruptura absoluta de todas las normas y reglas preestablecidas. Ni la moral de la iglesia ni la justicia de los hombres tienen valor alguno, únicamente la vida como juego y disfrute tiene sentido.
 Ese es posiblemente uno de los sueños más antiguos del ser humano: una vida vivida en absoluta libertad, y esa es la mayor pesadilla imaginable para la rígida mentalidad de la España de la Contrarreforma.
 El burlador de Sevilla acaba trágicamente con un Don Juan abrasado por el fuego del infierno, el Don Juan de Zorrilla muere tras arrepentirse, redimido por el amor. Su conducta ha sido errónea y es justamente castigada. Ese desenlace, curiosamente, ha sido olvidado en la trasposición del mito a la realidad: hoy "ser un Don Juan" es un halago, el mayor elogio que se le puede hacer a un "macho". Si un hombre recibe tal calificativo tenemos que entender que, en primer lugar, una de sus principales ocupaciones es la de seducir mujeres, y en segundo lugar, que además las mujeres caen literalmente rendidas a sus pies. Un par de versos conocidos por casi todo el mundo y esa idea básica del hombre capaz de seducir a cualquier mujer, incluyendo a una monja, es todo lo que ha quedado del Don Juan. 

sábado, 19 de septiembre de 2015

La Caja de Pandora.

Argumento:

La historia de Pandora y su famosa caja hay que enmarcarla dentro del mito de Prometeo, aquel que robó el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres, según nos cuenta la mitología griega. 

Es pues la historia de Pandora una venganza de Zeus como parte de un castigo a Prometeo por haber revelado a la humanidad el secreto del fuego. 

Como suele ocurrir con la mitología, sobre una misma historia hay varias versiones a cual mas afortunada: nosotros seguiremos a Gustav Schwab para explicar la historia aun a sabiendas de que no es la versión mas extendida. 

La historia pues dice así: 

Cuando Prometeo osó robar el fuego que portaba el carro del dios Sol, Zeus entró en cólera y ordeno a los distintos dioses crear a una mujer capaz de seducir a cualquier hombre. Hefesto la fabricó con arcilla y le proporcionó formas sugerentes, Atenea la vistió elegante y Hermes le concedió facilidad para seducir y manipular y entonces Zeus la dotó de vida.

De este modo Zeus, bajo la apariencia de un bien, había creado un engañoso mal, al que llamó Pandora, es decir, la omnidotada; pues cada uno de los Inmortales había entregado a la doncella algún nefasto obsequio para los hombres. 

Condujo entonces a la virgen a la Tierra, donde los mortales vagaban mezclados con los dioses, y unos y otros se pasmaron ante la figura incomparable. Pero ella se dirigió hacia Epimeteo, el ingenuo hermano de Prometeo, llevándole una caja regalo de Zeus. En vano aquél había advertido a su hermano que nunca aceptase un obsequio venido del olímpico Zeus, para no ocasionar con ello un daño a los hombres; debía de rechazarlo inmediatamente. 

Epimeteo, olvidándose de aquellas palabras, acogió gozoso a la hermosa doncella y no se dio cuenta del mal hasta que ya lo tuvo. Pues hasta entonces las familias de los hombres, aconsejadas por su hermano, habían vivido libres del mal, no sujetos a un trabajo gravoso, y exentos de la torturante enfermedad. Pero la mujer llevaba en las manos su regalo, una gran caja provista de una tapadera. Apenas llegada junto a Epimeteo abrió la tapa y en seguida volaron del recipiente innumerables males que se desparramaron por la Tierra con la velocidad del rayo. Oculto en el fondo de la caja había un único bien: la esperanza; pero, siguiendo el consejo del Padre de los dioses, Pandora dejó caer la cubierta antes de que aquella pudiera echar a volar, encerrándola para siempre en el arca. 

Entretanto la desgracia llenaba, bajo todas las formas, tierra, mar y aire. Las enfermedades se deslizaban día y noche por entre los humanos, solapadas y silenciosas pues Zeus no les había dado la voz. Un tropel de fiebres sitiaba la Tierra, y la muerte, antes remisa en sorprender a los hombres, precipitó su paso. 

La vejez, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza, el crimen; todos los males del mundo se habían extendido por la tierra y sólo la esperanza quedó oculta en el fondo del arca.


El mito en otras artes:

  • Arte.

  1. Pandora de Jules Joseph Lefebvre (1882)                                                                                                                                                       
  2. Pandora de Odile Redon (1914)
         
  1. Pandora de John William Waterhouse (1898)